ROMEO Y CINDERELLA
Adrián era un joven de
14 años, ojos grises y aquellos cabellos negros rizados estaban despeinados,
realmente lo tuvo todo de niño y a la vez no tuvo nada, su familia era rica,
muy rica quizá demasiado, cumplían todos sus caprichos tanto que llego a no desear
nada más, lo comprometieron de muy chico
8 años para ser preciso, aunque le daba lo mismo, era desinteresado en
todo lo que hacía, Carmen era el nombre de su prometida, con esos ojos azules y
cabello largo y rubio, la única de los 2 que realmente tomaba en serio la
situación.
Al llegar a su edad antes mencionada
sus padres cumplieron otro de sus caprichos, ingresar a la escuela, en lugar de
que llevaran maestros a la casa, quizá pensó que sería algo interesante, pero
nunca se le habría ocurrido lo que estaba a punto de ocurrir.
Ingresó, pasaron los primeros meses y
comenzaba a adaptarse, nadie sospechaba la vida que llevaba, lo veían como un
muchacho común y corriente, de promedio regular y lo suficientemente social
como para pasar desapercibido. Una tarde paseaba simplemente por ahí, pasaba
por las calles, y miraba los varios puestos ambulantes alrededor un día normal
hasta que miro aquellos ojos verdes, fue solo un instante en que la mirada que
había logrado entrar en su alma y la suya se encontraron, quizá solo una
milésima de segundo, pero eso fue suficiente para que la ternura de esos dos
jades se grabara en su mente y en su corazón
-¿Qué fue eso?-se
preguntó-¿Quién era… ella?- se repitió una y otra vez hasta que opto por
perseguirla.
El busco desesperadamente entre
la multitud, pero esos ojos nunca volvieron a aparecer, al menos esa tarde.
Aquella noche soñó con el brillo maravilloso que esas joyas tenían y decidió
buscarla por todas partes, se prometió no dejar de buscarlos.
Por la mañana, sentía los ojos
pesados tuvo un sueño profundo y aun así no dejo la recuperación suficiente,
bajó a tomar el desayuno y se encontró con Carmen, quién mostraba una alegría
muy fuerte.
-Adrián-comenzó con su
sonrisa
-¿Y ahora que
quieres?-le contestó tajante pero ella no parecía importarle
-Quiero decirte que
ahora voy en la misma escuela que tu, me harte de las institutrices y decidí
ingresar al colegio contigo-le dedico otra sonrisa radiante.
-¡¡¡¡¡
¿QUEEEEÉ?!!!!!-gritó-¿Pero porque?
-No te preocupes se que
nadie conoce tu vida y yo estaré en la clase de al lado- continuaba alegre y
radiante.
-Menos mal, solo no te
acerques demasiado a mi ¿de acuerdo?-le advertía resignado
-Está bien – le dijo
feliz ante la forzada pero positiva aceptación.
Entró normal a la escuela, seguía su
propio plan y fingía no conocer a Carmen y esta le seguía el juego, llegó al
aula y suspiraba y suspiraba por aquel recuerdo, su amigo Juan Pablo, parecido
a él solo que de ojos y cabello café, lo notó de inmediato y su burla no se
hizo esperar
-¿Ya ti que te pasa?-le
comenzó a decir- ¿Acaso estas
enamorado?-río
-Quizá, no sé lo que
sea-suspiraba una y otra vez entre cada palabra- no es gusto, claro que no, me
han gustado otras antes y no es igual, no sé que sea ni mucho menos quién sea
ella, quizá un ángel porque solo la he visto una vez pero lo que sí sé es que
el recuerdo de su presencia ha permanecido constante en mi cabeza y en mi
corazón.
-Pero vaya que estas
raro, pierdes tu tiempo diciendo todas esas cursilerías, el amor es una
verdadera tontería, por eso a mí, nunca me has de ver así como estas- le
contestaba Juan Pablo al ver los ojos ilusionados de su amigo.
-¿No será que piensas
así solo porque Bianca, ni si quiera sabe que existes?-le contestó defendiendo
aquel sentimiento tan puro que no podía controlar, el oyente al escuchar esas
palabras lo único que pudo hacer era sonrojarse y bajar la mirada-Ya lo suponía
yo.
-Buenos días jóvenes- entró
el profesor en el aula- bien antes de continuar quiero presentarles a una
señorita que nos va a acompañar durante todo el ciclo, pasa por favor- el
profesor dirigió su mirada hacía la entrada donde una sombra detrás de la
puerta yacía inmóvil, hasta que comenzó a moverse.
Aquellos ojos entraban, se cuestiono
sobre si eran ellos o no pero luego se sintió ridículo preguntándose pues esos
ojos eran inconfundibles. Una chica de ojos hermosos y cabello largo castaño,
con unas cuantas pecas sobre sus mejillas, con un listón lila atado a su
cabello, y sus labios rositas.
-Dinos tu nombre por
favor-le dijo el profesor a esa chica que hasta ahora era misteriosa.
-A-Amy-dijo algo dudosa
y en ese momento Adrián grabo al igual que sus ojos su nombre que para él era
el más hermoso.
-Siéntate Amy-le indicó
el profesor aquel asiento vacío a lado de su enamorado y esto hizo ponerlo
nervioso.
Amy camino muy despacio hacía el lugar
asignado, la clase transcurría y el muchacho no lo deseaba porque pensaba que
cada momento junto a esa persona era digno de ser recordado, pero por más que
lo intentaba sus ojos no obedecían la orden y se cerraban cada vez más, hasta quedarse
profundamente dormido.
-Adriàn-oìa que alguien
le llamaba-Adrián, Adrián-una y otra vez pero no hacía caso estaba soñando con
Amy hasta que algo golpeo fuertemente su escritorio-Adrián te dije que
despertaras-abrió los ojos de brinco, todo exaltado y sin saber donde estaba alzó
la mirada y vio el ceño fruncido del profesor moviendo la cabeza de un lado a
otro de forma negativa-Adrián ya que tienes tanto sueño, para que se te quité
le mostrarás a Amy la escuela-le sorprendió tanto el castigo del profesor que
casi se caía de la banca y tiró sus libros al suelo.
-No hace falta
maestro-una voz femenina se oyó desde el otro lado del aula-yo le mostraré a
Amy la escuela.
-Gracias Bianca, asintió
el maestro girando a ver a una muchacha de pelo corto lacio sujetado por un listón
en forma de diadema-en cuanto a ti Adrián, te vas a llevar tarea extra a casa-
este golpeó la cabeza contra el pupitre y se quejo, Amy simplemente río, y en
ese momento también grabó su risa.
Durante el descanso, Amy se estaba
intentando adaptar pero no parecía sentirse muy cómoda.
-¿Qué tienes Amy?-le
preguntaba Bianca
-Nada-le contestó- es
solo que extraño mi antigua escuela, nada grave en realidad.
-Cuéntame más sobre ti,
tu familia tus gustos, o cosas así
-En realidad de mi
familia no se puede decir mucho, solo vivo con mi papá que no es mi papá.
-¿Cómo?
-No sé bien mi propia
historia pero creo que mi papá nunca se caso y menos cuando yo llegue a su
vida, dice que conmigo es suficiente pero yo siento que no es feliz, También
dice que un día tocaron a su puerta y cuando la abrió solo oyó mi llanto me encontró
en una canasta donde venía una nota con mi nombre ya puesto y cosas así y pues obviamente
mamá no tengo.
-Ya veo debiste
batallar mucho de niña.
-Así es mi papá
trabajaba casi todo el día por suerte es escritor y no tenía que salir de casa
pero casi no me prestaba atención y de hecho esta es la tercera vez que nos
mudamos.
Amy y Bianca se hicieron buenas amigas después
de platicar sobre diversos temas, Adrián por su parte no dejaba de mirarla,
aunque era consciente de que Carmen estaba tratando de estar a su lado
desapercibidamente, era algo que no podía evitar.
-¿Qué yenes ahora?- le preguntó
Juan Pablo
-Nada-le contestó Adrián-
es solo que al fin he encontrado a mi ángel y se llama Amy.
-No me digas que la
chica que viste es la nueva.
-Mis sentimientos me
obligan a decir que sí.
Amy, al notar que la observaban giró la
cabeza y sus miradas se cruzaron de nuevo
-¿Quién es él?-preguntó
al sentir un cosquilleo en su estomagó
-Es Adrián, va en
nuestra clase.
-Pero que tonta, como
no había visto a unos ojos así, son de un color gris único, y aquella sonrisa
capaz de iluminar un cuarto, ¿Cómo pude haber sido tan despintada?
-Esto se está poniendo
raro, hace un momento estabas bien, y ahora actúas como si
estuvieras….enamorada
-Es que acaso ¿Tu nunca
lo has estado amiga mía?- le preguntó
Por supuesto, sin
embargo mi amor no es correspondido, a pesar de que quema en mi pecho, se que él
nunca notara mi presencia aunque me tope de frente con el- le respondió
-¿Cómo lo sabes?,
¿Acaso te lo ha dicho de frente? ¿Te ha roto el corazón?, o ¿Te ha dicho que no
le interesas?-insistía Amy
-¿Cómo sería eso
posible? Acaso no te dije que nunca me ha dirigido la palabra
-Entonces no sabes lo
que piensa
-Supongo.
Acabo el descanso y Carmen al volver a
su salón escucho sin querer la plática de Juan Pablo y Adrián.
-Entonces ¿Qué harás?-
preguntó el amigo
-Tratar de conquistarla
por supuesto.
-En serio intentaras
eso con Amy
-¿Y porque no?
-Ella no es cualquier
chica, y apenas la conoces, ¿crees que te acepte?
-Si dice que no yo
seguiré, y seguiré porque yo si peleo por lo que quiero, es lo mismo que
deberías hacer con Bianca-Juan Pablo de nuevo se sonrojó.
-Como molestas con eso,
es que acaso no ha quedado claro que ella ni si quiera sabe que existo, se que
suena ridículo pero eso me ha hecho derramar mares de lagrimas por una amor tan
fuerte que no será correspondido jamás.
Entraron al aula y Carmen, quien estaba
escondida oyendo la conversación comenzó
a susurrar con ira.
-¿Y quién es tal
“Amy”?, voy a hacer que sepa algo, Adrián es mi prometido y no lo pienso
dejar.- dijo furiosa y luego entró a paso firme a su aula.
Al terminar las clases Amy se dirigió a
la biblioteca, iba a tomar un libro y dos manos chocaron, la suya y la de
Adrián quien también iba a tomar ese libro.
-Lo sientò-dijò Amy-
úsalo tú, yo vendré más tarde- se dio la vuelta y estaba a punto de irse cuando
Adrián la detuvo.
-Espera, es lindo
tenerte aquí, y creo que podemos leer el libro ¿aceptas?- Amy le dedicó una
sonrisa en aceptación y buscaron un lugar para leer juntos, el tiempo
transcurrió y Amy caía cada vez más en los lazos de Adrián.
-Amy ¿te han dicho que
tienes bonitos ojos?-fue uno de sus halagos
-Gracias, los tuyos
también son muy bonitos-le contestó ella sonrojada. Hubo un momento en que Adrián tuvo que
separarse por una llamada telefónica y fue cuando Carmen hizo su aparición.
-¿Tu eres Amy?-le
preguntó muy groseramente
- Si ¿porque?-
cuestiono ella en forma inocente
-Solo vine a advertirte
algo, déjame decirte que Adrián es mío, y no quiero que te le acerques
-Una persona no es
propiedad de nadie, una persona decide con quien quiere estar, y es dueña de sí
misma, su vida y su destino.
-A quién le importa
eso, yo conozco a Adrián desde hace mucho más tiempo que tú.
-¿Y eso influye en…..?
-Ay, ya me harte de ti,
simplemente te lo prohíbo- prohibir, era una de las palabras que Amy más odiaba
y esta vez contestó a tonó.
-Tú no puedes
prohibirme nada, soy dueña de mi vida y hago lo que se me pegué mi regalada
gana con ella, le hablaré a Adrián incluso si eso irrita la sangre que corre
por tus venas.
-Insolente.
-Insolente ¿yo?, porque
aquí la única insolente eres tú, no es mi culpa que lo quiera, que me haya
perdido en sus ojos y me quede colgando en su sonrisa, que su forma de ser tan
cautivadora me haya atrapado en sus redes, aquí el único culpable es el amor.
-Amor, no me hagas
reír, bien sabes que solo vas por la herencia que le espera, a estas alturas ya
lo debes de saber-río maliciosamente-Adrián es hijo de una de las familias más
ricas de aquí, muy distinto a ti, tú no tienes nada que ofrecerle, eres como
cualquier otra chica, además te oír decir en el descanso que aparte de eso,
eres huérfana.
-Eso no te incumbe, tal
vez sea rico o lo que sea, no me importa mis sentimientos son nobles, también
te equivocas al decir que no tengo nada que ofrecerle tengo un amor puro para
darle, en cambio tú no tienes nada de valor real.
-¿A no?, pues haber
como te viene esto, Adrián es mi prometido desde los 8 años, y tus ridículos
sentimientos no compran el sustento de cada día, él y tu nunca estarán juntos,
porque no están destinados a eso, porque son de diferentes mundos.
Amy, no aguantó más, y salió corriendo, no
lloró porque no lo deseaba, simplemente se lo guardó muy profundo, su padre al
verla decaída le preguntó pero no supo contestar, se encerró en su cuarto y
puso las sinfonías en piano que tenía y las reprodujo a todo volumen hasta
quedarse dormida al día siguiente.
Durante todo el día
evitó el contacto con Adrián cosa que lastimaba mucho a este, Bianca le hizo la
plática y Amy se disculpo por lo que había dicho el día anterior referente a su
amor imposible, también compartieron algunos comentarios sobre sus gustos
musicales, donde le platico sobre las sinfonías que amaba, durante el descanso,
Adrián encaró a Amy.
-Amy-le dijo-¿Qué
tienes?, ¿porque ayer te fuiste sin decirme nada?
-Te importa- le contento
cortante- porque el señor rico comprometido desde los 8 años no tiene por
primera vez lo que quiere-
-¿Quién te ha dicho
eso?
-Que más da, solo dime
es verdad o no- Adrián bajo la mirada.
-Supongo que sí es un
poco cierto
-Supones o es cierto,
eres un mentiroso no me hables.
Su plática fue el centro de atención del
patio, se enteraron de la vida que Adrián tanto deseaba guardar en secreto y
comenzó a expandirse por toda la escuela. Amy y Bianca, platicaban como de
costumbre.
-¿Cómo te enteraste de
lo de Adrián?
-No quiero hablar de
eso
-¿Te vas a rendir?
-Supongo
-No es por desanimarte
más pero creo que así es mejor
-¿Ah?
-Bueno es decir, antes
de saber todo eso quizá si hubiera podido llegar a pasar, pero él hubiera no
existe, es decir, el destino hizo su trabajo, como te explicó, son distantes,
distintos, como de dos historias diferentes, tu eres como Cinderella y el es
como Romeo , ambos de sentimientos muy nobles pero no destinados a estar
juntos. Por otra parte, gracias por fin le hable a Juan Pablo, e iremos esta
tarde al centro comercial.
-Me siento muy feliz
por ti- Amy trató de sonreír lo más convincente posible, realmente se sentía
alegre por su amiga, sin embargo su dolor era más grande que cualquier
felicidad.
Simultáneamente esto pasaba:
-Adrián, ¿Qué
explicación me vas a dar ante esto?
-¿Qué quieres Juan?
-Nada, solo saber
porque mi “mejor amigo” me ocultaba que era rico
-Porque no quería que
nadie lo supiera, mucho menos Amy no se quién rayos le contó, ahora no se qué
hacer, he perdido a mi Ángel.
-Así tuvo que pasar,
siempre he pensado que las cosas pasan porque así están marcadas, ustedes son
distintos, tipo Romeo y Cinderella, no están destinados a estar juntos me
entiendes, pero no te desanimes, no quiero que mi ejemplo a seguir este triste
-¿Ejemplo a seguir?
-Si es que tú me
enseñaste a luchar por lo que quiero, y ahora Bianca por fin me habló, soy tan
feliz.
-Wiii, por ti
-Oye mínimo podrías
fingir un poco más de entusiasmo.
Pero no se acabo ahí,
al llegar a sus casas ambos recibieron un gran regaño.
-Amy, ben acá- le hablo
su padre
-¿Qué ocurre?
-Me podrías explicar,
¿porque estas relacionándote con gente rica?
-¿Eso es malo?
-Por supuesto, hija, no
sabes cuánto daño hacen a la sociedad mientras ellos se enriquecen con trucos
sucios, a nosotros, que llevamos una vida honrada, con ellos nos empobrecen
más.
-Pero papá, que tiene
de malo, no todas las personas son así, créemelo.
-Pues si te agrada
tanto la gente rica déjame decirte que te he comprometido con uno de ellos.
-¡¡¡¡ ¿QUEEEEÈ?
¿PORQUE?!!!, ni siquiera me preguntaste.
-Como te agrada tanto
la gente rica, no pensé que te molestaría, además mínimo me encargue de ver que
sea buena persona- Amy al principio pensó que su padre estaba bromeando, pero
no era así tenía aquella mirada que ponía cuando hablaba en serio, y esta vez
hablaba en serio- Jacobo, entra por favor- a la habitación entro un niño un año
más grande que Amy, 15 años cabello color bronce y ojos miel, a pesar de ser
bastante guapo, el corazón de ella ya le pertenecía a alguien más- Jacobo, es
hijo de la segunda familia más rica de la región, yo conocí a su padre y déjame
decirte que es una de las personas más honestas que conozco, la boda será en 4
años.
-Gusto en conocerte,
prometida- además era demasiado amable.
Adrián llegó a su casa, cabizbajo, y la
sirvienta le hablo.
-Disculpe joven, sus
padres desean verlo en el salón.
-Gracias voy para allá-
Camino lentamente, sus papás lo
esperaban con el enojo pintado en el rostro.
-Adrián- su padre tomo
la palabra. Pero su madre se podría decir que se la arrebató.
-¡¡¡ME PODRIAS DECIR
QUE RAYOS HACÌAS ENAMORANDO A UNA SEÑORITA DE RECURSOS BAJOS!!!
-Amy no es de recursos
bajos, tiene un nivel de vida normal.
-Ni si quiera te da
pena decir su nombre-su padre dijo decepcionado.
-¿Porque habría de
darme pena?, ella es la niña que yo realmente quiero.
-No repitas eso, tú te
casarás con Carmen en 4 años diste tu palabra.-le reclamó su madre.
-Lo sé y lo pienso
cumplir, pero mientras tanto soy libre y nada me impide estar con ella el
tiempo que me queda.
- Te has vuelto loco,
deshonraras a la familia si haces eso- su padre lo regaño
-No me importa el
“honor familiar”
-Mira ya como esta, te
imaginas que hubiera pasado si Carmen no nos hubiera dicho a tiempo o si no hubiera
ido a hablar con el padre de esa niña- dijo su madre
“Así que fue Carmen la que contó todo” pensó,
mientras pensaba como arreglarlo
-Por eso, te vas a ir a
estudiar al extranjero con Carmen en una semana, se irán por 4 años y
regresarán simplemente para casarse, asunto arreglado- mencionó su papá
-Pero por que, no me
pueden obligar- su padre alzó la mano en señal de que lo iba a golpear pero su
madre lo detuvo y habló.
-Claro que podemos
porque bien somos tus padres y te hemos criado bajo normas que se respetan, ya
te puedes retirar.
2 semanas era muy poco tiempo, ese día,
aunque se moría de pena fue a pedirle un consejo a Bianca quién después, aun
más vergonzoso, lo hizo entrar en una joyería para que le comprase algo
especial. Por la noche, después de descubrir la dirección, subió por la ventana
y comenzó a tocarla, hasta que Amy abrió el ventanal de su habitación.
-¿Qué es lo que
quieres?-preguntó
-Arreglar las cosas- le
contestó
-Demasiado tarde, debo
decirte que yo también me acabo de comprometer- dijo Amy, y ambos sintieron un
dolor horrible al oír esas palabras y ambos irónicamente lo suprimieron.
-No me importa, yo te
quiero a ti, y sé que tú también me quieres, podrás casarte 100 o 1000 veces
pero siempre me llevaras en el pensamiento.
-¿Y qué? eso ya no
importa ahora
-Te quiero
-No es suficiente
-¿Porque no?
-No son las palabras
adecuadas, así nunca conseguirás mi perdón
-Entonces ¿Qué quieres
oír?
-Ni si quiera eso
puedes saber de mi, solo quiero oí 2 palabras, que significan amor eterno, lo
que cualquiera quiere oír en algún momento de su vida.
-¿Cuáles?
-¿Lo ves?, ni siquiera
sabes cuales son y eso que solo son 2, solo vete de mi casa ahora.
-No espera, yo-yo te-te
amo-titubeo al decir esas palabras pero al parecer era lo que Amy quería
-Eso es suficiente- le
dijo, y correo a abrazarlo, a llorar- no quiero casarme, no quiero.
-Yo tampoco, por eso he
venido a entregarte esto- tomó algo en su mano luego le rodeo el cuello y
abrocho aquel objeto brillante
-¿Qué es esto?
-Es un collar, es una
clave de sol porque sé que te gusta mucho la música de piano, mis padres no
quieren que este contigo, Carmen fue la que les dijo y ahora me obligaran a
irme a estudiar con ella en el extranjero por 4 años, se que es demasiado pero
debo hacerlo, por eso he venido a dártelo y a pedirte que no te lo quites,
porque si lo haces será una señal de que has dejado de quererme ¿de acuerdo?
-Te prometo que nunca
me lo voy a quitar, pero antes- Amy fue a su tocador y sacó de su alhajero un
anillo y una cadena de plata- este anillo era de mi madre y la cadena la cosa
con mayor valor material que es mío -hizo un collar con él y se lo puso-
Tampoco te lo quites porque significara lo mismo que me acabas de decir, pero
ya es hora de que te vayas.
-Muy bien, hasta mañana
Después de esa noche, comenzaron a verse
a escondidas, a enviarse cartas y regalos, pero algo malo pasó, Carmen y Jacobo
encontraron ambos aquellas cartas y con malicia Carmen Susurro: “Ya es más de
media noche Cinderella” y así vez Jacobo pensaba: “Es hora de tomar el veneno
Romeo” y aquellas cartas se volvieron ceniza, Carmen logro hacer que
adelantaran el viaje y Adrián debía irse con ella en 2 días en lugar de la
semana que faltaba.
Un día antes, en la entrada del colegio
Amy apareció y estaba a punto de entrar.
-Amy ¿A dónde vas?
-Debemos entrar a la
escuela Adrián
-Huyamos juntos
-¿Ah?
-Solo por hoy, ven- le
tomó la mano y llegaron a un bosque donde recostados pasaron la tarde viendo
las nubes.
En la noche antes de irse, Adrián fue a ver
por última vez a Amy antes de irse, pensaba despertarla pero no quería
perturbar el sueño tan dulce que tenía, entró en silencio, dejó una carta en la
mesa de noche y se despidió con un tierno beso.
Al día siguiente Amy
encontró la carta que decía:
Amy:
Con
esta última carta me despido de ti, quería despertarte y decírtelo con
palabras, pero verte ahí durmiendo tan pacíficamente, no quería perturbarte con
una despedida dolorosa.
No te dije antes que me iba a ir tan
pronto, se que te dije 2 semanas y aun faltaba una pero Carmen, no sé cómo
logró adelantarlo. Quiero agradecerte por este tiempo, aunque corto, pero que
considerare el mejor de mi vida, no llores mi angelito como siempre te digo,
porque he de suponer que lo estás haciendo en este momento, yo volveré y
buscaré la forma para estar juntos de nuevo, recuerda no quitarte el collar con
el que me juraste amor eterno, ya que yo no me quitaré el mío, porque si lo
haces entonces significa que has dejado de amarme y yo tendré que resignarme.
Gracias por compartir este tiempo tan
pequeño tu vida conmigo, y si algo más fuerte que yo nos separa, y no nos
volvemos a ver recuerda que siempre estás en mi pensamiento. Adiós mi Cinderella descalza.
ATTE:
Adrián
Amy así como dijo la
carta comenzó a llorar mojando de lágrimas el papel que dejo doblado sobre su
mesa y partió al colegio sintiendo la ausencia de la banca vacía a su lado.
Regresando, no sabía que su promesa de amor iba a ser rota.
-Amy, ¿Quién te dio ese
collar?- Le dijo su padre
-Es de Bianca, me lo ha
prestado
-Menos mal, pensé que
era algo así como un juramento de amor- dijo mientras en sus dedos se deslizaba
la última carta
-Dámela por favor papá-
Gritó Amy desesperaba al ver uno de sus últimos recuerdos siendo rasgado por
los dedos de su padre
-Lo siento Amy esto es
por tu bien y se cuanto te duele- luego de eso fue y arranco del cuello aquel
collar para irlo a lanzar al lago más cercano, donde intento buscarlo pero
nunca apareció.
Aquellos 4 años fueron muy tardados,
eternos, pero al fin pasaròn y Adriàn por fin estuvo de regreso, aun tenia el
collar, como lo prometìo y lo ùnico que morìa por ver era si Amy aun tenìa el
suyo, pero no estaba en casa ni en ninguna parte, la busco por todo el lugar,
hasta que la vio en el centro con Jacobo, su prometido entrgando invitaciones
para su boda, se desepcionò muchisimo, al no ver aquel collar. Lo peor vino
cuando se enterò que serìan bodas simultaneas, en el mismo, lugar, en la misma,
hora, diferentes parejas claro esta, y solo faltaban 3 dìas pero al parecer
debìa cumplir con su promesa de resignarse, pero una noche antes de la boda,
fue a despedirse definitivamente, tocò la ventana y no necesito màs de 2 toques
para que esta se abriera. Amy lo abrazo y le platico lo del collar. Driàn
tambièn se solto a llorar pero de alegrìa y en ese imstante le propuso escapar
de una vez, era el momento decisivo si o no y fue cuando Amy cayò a sus brazos
y ambos bajaron por la ventana, no sin antes dejar su carta de despedida, pero
de una forma muy peculiar, este fue el escrito, en si decìan lo mismo.
Papà
(como te solìa decir):
Asì
me voy a despedir de ti, no tengoel valor de hacerlo cara cara, solo quiero que
sepas que te estoy muy agradecida por todo lo que hiciste este tiempo por mi,
por acojerme cuando era niña, y por darme todo lo que no me merecìa.
Quiero decirte, que habra cambios para
mañana, no me pienso casar con Jacobo porque Adriàn es a quiè yo quiero, me voy
con el hombre que amo osea Adriàn, no me busques porque no me encontraras, no
esperes noticias porque no las recibiras y no me esperes volver a ver porque
eso no pasarà me ire a un lugar donde nadie nos conosca.
Perdoname, se que me entiendes, y
disvulpate de mi parte con los invitados, con Jacobo, y con su familia, por que
se que lo vas a ser me tomò la osadìa de atrevrte a llamar EL MEJOR PAPÀ DEL
MUNDO. Hasta nunca.
Estimados
padres:
Con
esto hago de su informaciònque por nada del mundo me iba a casar con Carmen,
poruqe simpplemente la mujer que yo quiero desde que era un inmaduro siempre ha
sido Amy, y lo seguira siendo por el resto de mi vida.
Ah si, Diganle a Carmen que no se
acompleje por esto y que solo lo considere como una oportunidad màs para
encontrar el amor verdadero como yo lo hicè, y que ademàs tuve el placer de
conocerlo a una muy temprana edad, nunca fueron los mejores padres porque me
daban todo y a la vez nada pero aun asì les agradesco todo lo que hicieron por
mi desde que nacì,.
Olvidaba el punto importantè por el que
escibo esta carta, si la estan leyendo, piensen que estoy rn camino de la
felicidadd. Nos vemos, aunque lo dudo mucho, si me llegan algùn dìa a encontrar
recuerden que les estoy eternamente agradecido.
P.D: Se me olvidaba, nunca olviden que lo
imposible no existe y que el destino aun no esta escrito.
La carta de Amy aparecio en frente de su
casa adentro del anillo Que le habìa dado a Adrìan y la carta de este, apareciò
en las escaleras adentro de uno de los zapatos de Amy.
Como las cartas decìan, no se supo que paso
con ellos, Carmen y Jacobo se enamoraròn y casaròn, lo mismo paso con Juan
Pablo y Bianca, y se dice que muy, muy lejos en otro paìs, se encuentra una
familia feliz, de dos personas que escaparon de su realidad y volvieron a
reescribir su furturo, a y que ademàs rompieron la regla de todo cuento de
amor, pero si en sus cartas aparecia:
ATTE:
ROMEO Y CINDERELLA